sábado, 20 de octubre de 2007

La verdad tras el cuento de Hadas .Capitulo I

Pasé la infancia creyéndome hija de Ninfa y mortal, mirando al cielo, y soñando con aquel maravilloso jardín en donde mis padres habían unido sus corazones y cuerpos.

Pero al cumplir 15 años,mi madre me encontró lo suficientemente madura para contarme la verdad. Fue en el décimo primer aniversario de la muerte de mi padre, en 1919. Estábamos ambas frente a su nicho, llevábamos grandes ramos de Camelias y mirábamos con gran recogimiento la leyenda que mencionaba su nombre, fecha de nacimiento y fallecimiento , cuando de repente mi madre , arreglando las flores y tocando la lapida dijo:

-No se porque se han empeñado tanto en esconderme y borrarme de su vida, como si hubiese sido un espejismo nada mas!. No me averguenza nada de lo que paso, ame a tu padre y el me amo a mi, es eso un pecado acaso?.


Se dio vuelta y vio mi cara de confusión.

Si bien en mi certificado de nacimiento no figuraba el apellido Pezoa , sino el Padovani, siempre supe de mi verdadera procedencia, jamas se me oculto, y la gente que nos rodeaba, familiares, amigos y demases también lo supieron. Pero esa tarde, a los 15 años, recién caí en cuenta que ninguna biografía, en ninguno de los libros publicados Post-Mortem, me nombraban a mi o a mi madre. Solo a una tal Lorenza, novia de adolescencia de mi padre cuando aun vivía en Santiago.

Según aquellos libros y relatos, no existiamos, mis padres jamas se habian conocido, jamas se enamoraron, jamas fui concebida ...nada!. Ni siquiera los amigos cercanos nos mencionaron!. Solo "amoríos" en la corta vida del pobre Carlos Pezoa Veliz, al cual han pintado de amargado, procaz e infeliz!.

Pero la verdad, aunque no fue aquel cuento de hadas que leí por primera vez al cumplir 7 años, fue una bella y trágica historia de amor, puro amor, el cual se ha mantenido en secreto para proteger la reputación y nombre de mi madre (cosa que a ella le importo un rábano, siempre fue orgullosa del amor que le profeso a mi padre, hasta el final de sus días.)

Caminamos por el sector de nichos hasta que llegamos a unas escaleras en donde nos sentamos. Me tomo la mano, me miro con dulzura y comienzo su historia...

-Ay hija mía, creo que ya tienes edad suficiente para contarte mi versión completa de la historia. Si bien se que eres una niña despierta y que sabes gran parte de esta , me gustaría contártela, sin reservas , desde el principio...

"Conocí a tu padre en 1902, una tarde en que Augusto (D' halmar) me llevo a rastras a un tecito literario del Ateneo de la juventud , en Valparaiso. Estaba triste y sin ganas de nada, porque tu babbo estaba en Buenos Aires con la filarmónica, y Augusto, que en aquella época estaba en pleno frenesí literario, me pidió por favor que lo acompañase a aquella cita. Fui a regañadientes , no porque no me gustase la idea sino porque ,en ese instante no estaba con ganas de rodearme de literatos y escuchar sus obras y anécdotas.


Estaba llenisimo, por suerte encontramos asiento, me salude con cantidad de gente que jamas había visto en mi vida...y entre la multitud, era casi la única mujer presente (habrán habido unas 3 mas? no recuerdo muy bien).

Quería sentarme lo mas atrás posible, para poder cerrar los ojos y dormitar un poco, pero Augusto me impuso el sentarme adelante, pues ahí se escuchaba mejor y miles de cosas mas a las cuales no le puse atención, pues estaba hundida en mis pensamientos , diciendome a mi misma porque diablos había accedido a acompañarlo a aquel tormento, que podría en ese entonces estar en cama durmiendo, quería soledad y seguir atormentándome pensando en la ausencia de Alfredo.

De repente, todos silenciaron su voz, y un joven al cual jamas había visto hasta entonces (Víctor Domingo Silva, lo recuerdas mi amor?), hizo una introducción acerca del joven poeta que vendría a deleitarnos con su obra . Escuche con atención la descripción que hacia de este desconocido y al presentarlo , tuve un estremecimiento en todo el cuerpo. En aquel entonces no entendí el porque de aquello, pero con el tiempo supe que fue una señal divina.

Nunca olvidare cuando ,al mencionar Víctor el nombre de aquel desconocido artista, apareció el, vestido modestamente ,con un dejo de timidez en su andar y mirar. Se paro en la tarima, saludo al publico y yo me quede expectante y estática, pegada en la silla mientras Augusto me decía lo bueno que era el, que lo conocía desde que dirigía "Luz y Sombra", que era increíble y miles de cosas mas que escuchaba a lo lejos, ya que mi vista ( y todo mi ser) estaba fija en aquel hombre que se aprestaba a leer su obra.

Se apoyo en la mesa que estaba al lado suyo, bebió un poco de agua, le echo una mirada rápidamente a los apuntes que traía con el y en ese instante, al levantar la mirada, me vio. Me miro con cara de sorprendido, como si me hubiese visto antes en otro lugar, sus mejillas se llenaron de rubor y me sonrió timidamente. Su sonrisa y rubor fueron correspondidos y mutuos....Ursulita, esa sonrisa fue el principio de todo, ahí nos enamoramos, a primera vista, en esa primera mirada, vi el fabuloso hombre que era tu padre...

Y empezó el desconocido Carlos Pezoa Veliz a recitar su obra, cada palabra me golpeaba en el cuerpo , como mar bravo contra las rocas. Entre pausas me miraba embobado y me sonreía, mientras yo le sonreía de vuelta y bajaba la mirada. Entonces Augusto se dio cuenta de todo, porque me pego un codazo y entre risas ,dijo:


-No te dije que era bueno?

Escondiendo mi rubor le respondí :

-Por cierto que lo es, ahora calla que va a continuar!

Prosiguió así, el hombre que seria tu padre , mostrando su obra al mundo, el cual lo escuchaba detenidamente y con admiracion .

Al terminar , recibió fuertes aplausos de los presentes, los cuales le llenaron el pecho de orgullo y satisfacción (así me lo confidencio después, entre tragos y bailes en lo de Rigoberto).

Bajó de la tarima y mucha gente se le acerco para felicitarlo y hablarle. Yo me había parado, ya que tenia la urgente necesidad de tomar aire, tenia apretado el pecho y el uso del corsé no ayudaba mucho. Aun así nos buscábamos con la mirada, el mientras recibía las felicitaciones y yo mientras me dirigía hacia la salida.

Al verme abandonar el lugar, Carlos se deshizo de la gente amablemente y salio corriendo detrás mio. Me tomo del codo por impulso (algo osado por parte de un caballero en esa época, mas aun al hacérselo a una dama a la cual no conocía, pero tu padre, con el tiempo me dijo que lo había hecho como reflejo de lo que sentía, que si no hubiese sido tan osado aquello, me hubiese besado también) , me miro y pregunto:

-Disculpe señorita, la he visto ahí dentro pálida como papel, se siente usted bien?

Mientras aun me tenia agarrada del codo izquierdo (el cual no quería que soltara) le respondí:

-Mas o menos, he perdido de repente el aire.

-Déjeme que la acompañe por favor, no se ve bien y no es bueno que este sola en ese estado.

Me ofrecío el brazo y nos dirigimos juntos hacia la salida. Le hubiese dicho que venia acompañada, pero las ganas de tenerlo a mi lado me impidieron abrir la boca.

Nos miramos, nos sonreímos y nos presentamos :


-No nos hemos presentado formalmente, Carlos Pezoa Veliz...y usted?

-Catalina Ortúzar, un gusto conocerlo (sonreí y quede embobada,no atinaba que decir, hasta que al final le pregunte...).Así que no es de la zona?

-No,soy Santiaguino, pero en breve me estableceré aquí, y usted?

-Yo soy de Viña del mar.

-Bonito lugar, he estado ahí muchas veces

Nos miramos de nuevo a los ojos y sonreímos, mientras nuestras miradas delataban el sentimiento mutuo que se empezaba a gestar entre nosotros.

Ni la llegada de un asustado Augusto (el cual había estado buscándome como loco dentro del recinto) corto la magia de aquel instante, instante que nos hizo inseparables de alma y corazón, hasta ahora hija mía. El se ha ido, pero su amor y espíritu permanece conmigo y contigo también..."





Mi madre me sonrió con los ojos llenos de emoción, mientras yo trataba de aguantarme las ganas de llorar , imaginando a esos dos jóvenes conociéndose y enamorándose y viendo en ellos, mi génesis.


Entonces mi madre me apretó la mano y me dijo:

-Eso apenas fue el principio, mi amor.Después vendrían nuestros días de gloria y regocijo, para luego dar paso a lo que seria el final de una hermosa historia de amor...

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